La inseguridad es una construcción.
¿Por qué esa construcción deviene en paranoia?
Si bien hay un dispositivo de poder –mediático - que tiende a generar la sensación de inseguridad; hay una predisposición social, de los sujetos, que tienen una estructura paranoica. Ese delirio nace en nuestros hogares.
Dentro del delirio paranoico, los supuestos tienen consecuencias tangibles, y eso impulsa al sujeto a realizar acciones concretas en consecuencia. Luego los supuestos ascienden a la categoría de certeza, hasta convertirse en una convicción inclaudicable, sin necesidad de haber tenido un anclaje fáctico. (Krappelin – cap. 15)
Lo que nos interesa es recorrer ese conjunto de acciones que tienen como génesis un supuesto. Explorar sus límites, y su cruce con el entorno, es decir, cuando trasciende la esfera individual. Indagar sobre qué sucede en una sociedad plagada de simulacros: las consecuencias de ese accionar paranoico no son imaginarias, sino que son reales, y al aparecer como acciones en consecuencia de un simulacro, dejan al descubierto la propia paranoia de la sociedad, que acciona sobre algo irreal. (Baudrillard – caso del simulacro de robo). Es decir, lo que motiva el accionar de las instituciones sociales es inexistente; todo lo que realiza en consecuencia es, por lo tanto, pura construcción.
De esta manera hay una serie de acciones del sujeto que nacen de un supuesto. Y sus consecuencias, al cruzarse con la sociedad, producen una nueva serie de acciones, pero ahora vinculadas a las instituciones. Tanto en la esfera individual, como en la social, todas las acciones son fruto del delirio construido en torno a supuestos.
Ruben supone que Ana lo engaña, y actúa en consecuencia. Se vale de un prejuicio, y está impulsado inconscientemente por su propia inseguridad.
Las instituciones accionan en consecuencia, partiendo de los prejuicios en torno a qué lugar ocupa Ruben en la sociedad, y cuál sería el motivo de su desaparición. Lo mismo sucede con Aldo.
Todas las acciones de la película tienen motivos inexistentes.
Si bien hay un dispositivo de poder –mediático - que tiende a generar la sensación de inseguridad; hay una predisposición social, de los sujetos, que tienen una estructura paranoica. Ese delirio nace en nuestros hogares.
Dentro del delirio paranoico, los supuestos tienen consecuencias tangibles, y eso impulsa al sujeto a realizar acciones concretas en consecuencia. Luego los supuestos ascienden a la categoría de certeza, hasta convertirse en una convicción inclaudicable, sin necesidad de haber tenido un anclaje fáctico. (Krappelin – cap. 15)
La Inseguridad se Hace from cucaracha on Vimeo.
Lo que nos interesa es recorrer ese conjunto de acciones que tienen como génesis un supuesto. Explorar sus límites, y su cruce con el entorno, es decir, cuando trasciende la esfera individual. Indagar sobre qué sucede en una sociedad plagada de simulacros: las consecuencias de ese accionar paranoico no son imaginarias, sino que son reales, y al aparecer como acciones en consecuencia de un simulacro, dejan al descubierto la propia paranoia de la sociedad, que acciona sobre algo irreal. (Baudrillard – caso del simulacro de robo). Es decir, lo que motiva el accionar de las instituciones sociales es inexistente; todo lo que realiza en consecuencia es, por lo tanto, pura construcción.
De esta manera hay una serie de acciones del sujeto que nacen de un supuesto. Y sus consecuencias, al cruzarse con la sociedad, producen una nueva serie de acciones, pero ahora vinculadas a las instituciones. Tanto en la esfera individual, como en la social, todas las acciones son fruto del delirio construido en torno a supuestos.
Ruben supone que Ana lo engaña, y actúa en consecuencia. Se vale de un prejuicio, y está impulsado inconscientemente por su propia inseguridad.
Las instituciones accionan en consecuencia, partiendo de los prejuicios en torno a qué lugar ocupa Ruben en la sociedad, y cuál sería el motivo de su desaparición. Lo mismo sucede con Aldo.
Todas las acciones de la película tienen motivos inexistentes.
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